martes, 25 de marzo de 2014

Jornada 7: Embalse de García De Sola y Embalse de San Rafael De Navallana 22-03-2014

Lugar: García De Sola y San Rafael De Navallana

Fecha: 22 de Octubre del 2014

Miembros: Alejandro, Eugenio y Pepe (García De Sola), Juanmi (San Rafael De Navallana)

Descripción (García De Sola):

Nueva jornada y otra vez a la carga con muchas ganas después de lo mal que se me dio en la anterior salida.

Esta semana seríamos Pepe, Alejandro y mi menda, ya que por varias causas no nos podrían acompañar otros compañeros de afición y amigos.

Comenzamos el día con la ya siempre y habitual parada en el bareto para tomar nuestro cafelito y empezando el vacile y bromas de rigor, que esta vez sería comentando el pronóstico del tiempo para este momento, pues no era muy alentador aparte de incierto.

Reanudamos la marcha y no tardaron en hacerse realidad nuestros malos presagios, pues después de avanzar unos kilómetros comenzaría a llover y nos acompañaría hasta nuestro destino elegido, que otra vez sería el García De Sola, pero otra zona distinta a la de la semana pasada.

Estuvimos unos minutos esperando dentro del coche, pues no dejaba de llover, pero nuestras ganas de mojar los señuelos eran más fuertes que la lluvia y así comenzaríamos la aventura por la orilla, con bastante moral aunque el aire y el agua nos acompañaba.

Llevando algunos metros andados sería Alejandro el más madrugador sacando dos bonitos basses de 690 g y 700 g y levantando la moral de Pepe y la mía, quedándonos flipaos, haciendo algunos chascarrillos de la anécdota y echándonos unas risas: “hoy ha empezado muy fuerte Alejandro, que crack”.


Luego, llegando a una de las reculas, sería Pepe el que notó una sutil picada, pero sin tener suerte, pues no pudo sacarlo, y Alejandro estando enfrente y aprovechando que ya estaba cebado hizo su lance a pocos metros, quitándole el preciado bass, con un peso de 1.07 kg y partiéndonos el pecho tras la anécdota tan curiosa y casual.

Pero Pepe no tardó en desquitarse con otro par de urus medianos, quitándose el mal sabor de boca, mientras mi menda seguía de espectador sin tocar escamas y pensando en la jornada anterior.

Hasta después de unos cuantos metros no se volvieron a dejar ver otra vez, y esta vez sí, por mi parte capturé un bonito demonio verde de 860 g para hacer más llevadera la chupa de agua que a ratos nos estaba acompañando, joder…


Así fueron saliendo algunos peces más. Mientras el aire nos lo ponía aún más difícil, buscamos algunas reculas para poder disfrutar de algunos lances más tranquilos. Allí sería donde Pepe y yo tendríamos otros ataques a nuestros señuelos y clavaríamos otros bocas grandes de entre 0.70 y 1.60 kg que, como todos los demás, después de pesar y fotografiar fueron devueltos al agua sin daño alguno.


Alejandro clavó otros bassecillos más y así sucesivamente, luego Pepe, después yo… etc… hasta llegar al punto elegido para volver sobre nuestros pasos. Mientras Alejandro decidió acortar camino y atravesar por el monte, Pepe y yo seguiríamos por el mismo recorrido donde queríamos tentar a algunos basses que vimos con anterioridad. En uno de esos momentos es cuando avisté una gran sombra, que sin duda correspondía a un buen ejemplar de uru. Sin pensármelo dos veces, lancé por delante del pez, y llegando a su altura más o menos y sin poder verlo, sentí los típicos toques de una gran picada. Con el subidón de adrenalina y pegando el correspondiente cachetazo… zas! (cara de circunstancia) ya que me había partido la línea y me había entrado todo el bajón. Sin apenas reaccionar le dije a Pepe, que estaba a mi lado: “Pepe, lanza aquí que me acaba de partir un buen ejemplar”. Él, sin titubear, lanzó y… zas! clavó el tarugo que, después de su respectiva pelea, logró sacar, hacerse con él y disfrutar de un buen rato, pues el bichito pesaría 2.270 kg. Buen pez compañero.


Después de eso, varias bromas nos acompañarían el resto de la tarde por la anécdota.

Seguiría teniendo yo algunas picadas más sin poder materializarlas, hoy no sería un buen día para mí, no estaba acertado, así son las cosas de la pesca.


Seguíamos hacia el coche encontrándonos con nuestro compañero Alejandro nuevamente, llegaba el momento de la partida a casa, pero no sin antes comer un piscolabis y recuperar fuerzas.

Ahora sí, comenzamos nuestro viaje de vuelta a casa, comentando el día, que no fue malo a pesar de la lluvia y el viento y echando unas risas llegamos al barrio pensando en la próxima…

Eugenio

Descripción (San Rafael De Navallana):

De nuevo otro sábado me dispuse a visitar el embalse San Rafael de Navallana con la esperanza de que los grandes basses estuviesen visitando ya las orillas.

Tras un reconfortante desayuno, me marqué el objetivo de visitar una zona para mi inexplorada hasta el día de hoy. De esta manera a las 8 de la mañana ya me encontraba pescando. El tiempo parecía bueno para la hora que era.

Nada más empezar, me encontré con unos compañeros pescadores en barca, los cuales me contaron que acababan de sacar un bass de cerca de 2 kg. Tras recibir esta información me quede ojiplático… ¿Podría conseguir una captura similar?

Para subirme el ánimo, a medida que avanzaba por la orilla podía observar algunos ejemplares de bass, incluso de un tamaño considerable. Sin embargo, no fue hasta las 9:30 aproximadamente hasta que conseguí mi primera captura. Justo dio la casualidad que me encontraba hablando por teléfono con Alex, quien no había podido ir de pesca con el resto de compañeros, lo cual hizo que se sintiese un poquito más cerca de los basses, jeje.

Tras pesar el black bass, éste dio un peso de 1,76 kg. Muy buena manera de empezar el día ¿no? Como es costumbre en nuestro club, tras el pesaje del ejemplar, el black bass fue devuelto a su hábitat (práctica más importante si cabe por el momento de desove en el que nos encontramos…).


Al cuarto de hora de este primer pez, noté nuevamente una nueva picada. Esta vez se trataba de un pequeño ejemplar de bass, de unos 300 g de peso.


En este punto el tiempo empezó a empeorar, cayendo unas gotas de lluvia y levantándose un poco de viento. Esto coincidió con un parón en la actividad de los peces hasta aproximadamente las 11:30 cuando de nuevo volví a tener una picada. Tras una bonita batalla logré capturar otro bonito bass de 1.30 kg aproximadamente. Daba gusto sacar peces de ese tamaño…


Y 100 metros más delante de nuevo otro bass volvió a hacer que mi caña se doblase. Un boca grande de 1,50 kg aproximadamente realizó un extraordinario salto antes de dejarse capturar. Como con los anteriores, tras la correspondiente foto fue devuelto al agua.


A partir de este momento el tiempo parecía que mejoraba, pero este buen tiempo parece que dio lugar a que los basses se escondiesen, puesto que desde esta última picada hasta el final de mi jornada de pesca no iba a volver a tener ninguna picada más.

Sin nada más que reseñar, me fui contento a casa con las imágenes de los fantásticos momentos que estos ejemplares me hicieron pasar.

Juanmi

Vídeo de la jornada (García De Sola):




Vídeo de la jornada (San Rafael De Navallana):

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