lunes, 24 de junio de 2013

Jornada 20: Embalse de Cijara 22-06-2013

Lugar: Cijara

Fecha: 22 de Junio del 2013

Miembros: Alejandro, Alex, Alfonso, Eugenio y Pepe

Descripción:

Ya estamos en la vigésima salida del año y tras un tiempo sin ir de pesca no podía fallar en el único día del que disponía.

Nos dirigimos al embalse de Cijara Alejandro, Alfonso, Eugenio, Pepe y yo para ver si los basses se dejaban ver, aunque íbamos más que mosqueados debido a las bajas temperaturas de la semana y a la gran luna llena que había predominado durante toda la noche.

Llegamos a la zona elegida sobre las 7.30 de la mañana habiendo amanecido prácticamente el día y nuestras esperanzas pegaron un bajón considerable ya que había más gente que en la guerra. Al preguntar a algunos de los pescadores nos dijeron que justo ese día era el campeonato provincial de Castilla La Mancha.

Tras pensarnos seriamente el cambiar de zona, finalmente continuamos en esta misma y nos dispusimos a comenzar la jornada, siendo previsores frente al calor que iba a pegar durante el día.


Habiendo empezado nos dimos cuenta de que los diablillos no iban a estar por la labor de darnos alegrías ya que no se veía ningún pez por la orilla, a excepción de los miles de alburnos y alevines, como viene siendo costumbre por estas aguas.

Pasaba el tiempo y ninguno de nosotros teníamos ni siquiera una simple picada, aunque al parecer no éramos los únicos, ya que la gente del concurso tampoco los olían.

Caminábamos y caminábamos sin obtener recompensa, excepto Pepe que consiguió capturar un pequeño ejemplar de pez gato. No era lo mismo que un “bocagrande”, pero al menos había visto algún pez y se había quitado el bolo.


Nos dieron las 14:00 y llegamos a una zona donde difícilmente podíamos avanzar ya que predominaban cortados y rocas altas, así que todos nos quedamos un rato en dicha zona tentando a los basses excepto Alfonso, que decidió probar suerte por los cortados.


Ya cansados de tanta apatía por parte de los peces decidimos poner rumbo hacia el coche pensando en toda la caminata que nos quedaba por recorrer, cuando en ese momento mi móvil comenzaba a sonar y Alfonso me comentaba que un buen lucio de aproximadamente 5 kg se le acababa de desclavar justo en la orilla. Al escuchar esto, lo primero que pensamos es que podía ser casualidad así que continuamos nuestro trayecto de vuelta.

No más de 15 minutos tardó mi teléfono en volver a sonar con el nombre de Alfonso en la pantalla. Otro lucio había seguido su señuelo hasta sus pies sin llegar a clavarse. En ese mismo instante Uge y yo decidimos hacer el cabra también por los cortados, mientras que Alejandro y Pepe no quisieron arriesgarse y se fueron lentamente de vuelta. Alfonso había hecho abrir de nuevo nuestras opciones.

Cambio de estrategia y nuevo montaje para tentar a los esox. Llegué a la zona donde se encontraba Alfonso y me di cuenta de que llegué solo ya que tras pegar unos gritos Uge estaba peleándose con un lucio que le había partido dos veces…

Avanzando ya los tres juntos fui yo el que desde lo alto de una roca vi seguir a mi señuelo otro ejemplar de lucio y tras intentarlo algunas veces más finalmente conseguí clavarle y pelear con él un tiempo hasta que se rindió e hizo que pudiera quitarme el bolo. Un luciete de 1.670 kg.


Al fin se dejaban ver los peces, así que nuestra aventura continuó a través de los cortados.

De nuevo Alfonso avistó otro ejemplar de lucio que en cada lance seguía su señuelo sin decantarse finalmente por él. Uge, a su vez, también lo intentaba pero el resultado era el mismo, no llegaba a concretar la picada.

Mientras se quedaban tentando a ese lucio avistado yo continué mi andadura y a no más de 100 metros de ellos… ZAS!, otra buena picada. Al no estar mis compis disponibles tuve que sacarlo y realizarle la foto correspondiente como pude. Finalmente dio un peso de 2.490 kg y tras su oxigenación fue devuelto al agua nuevamente para el disfrute de otros pescadores.


Tras esta captura, viendo que cada vez se andaba peor y que el calor nos lo ponía aún más difícil, decidimos, ahora sí, poner rumbo hacia el coche.

En este tramo, el calor hizo que Alfonso tuviera que meterse un poco en el agua ya que un pequeño mareo estaba haciendo acto de presencia en él.

Durante el trayecto de vuelta nos encontramos con Alejandro y Pepe y, para nuestra sorpresa, un bass se dejó ver por parte de Alejandro, dando un peso de 400 g. Tras la foto, el pez fue devuelto al agua sin sufrir daño alguno, como viene siendo habitual en nuestro club.


Por desgracia, finalmente Alfonso y Eugenio no consiguieron quitarse el bolo, los peces no suelen dar segundas oportunidades…

Después del interminable camino de vuelta llegamos por fin al coche para tomarnos los correspondientes refrigerios, reponer fuerzas y afrontar las 3 horas de viaje que nos esperaban hasta nuestras casas, no sin antes tomar unas buenas rubitas por el camino, como ya es tradición.


Alex

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