lunes, 3 de junio de 2013

Jornada 17: Embalse de San Juan 01-06-2013

Lugar: San Juan

Fecha: 01 de Junio del 2013

Miembros: Alfonso, Eugenio y Pepe

Descripción:

¡¡Por fin!! Por fin podía volver a ir a pescar, después de un largo tiempo apartado de mi afición debido a los estudios y a la climatología. En esta ocasión, los "valientes" fuimos Pepe, Uje y yo, puesto que los demás integrantes del grupo tenían varios asuntos que les impedían acompañarnos.

El lugar elegido fue el embalse de San Juan. Después del desayuno en Navas del Rey, nos plantamos en la zona a eso de las 7:30. Aparcamos el coche y empezamos a montar las cañas. Hacía "rasquilla", pero no nos desanimó en absoluto. En cambio, el viento que soplaba si parecía que nos iba a complicar la jornada.

Yo iba con la idea de tentar tanto a los diablillos verdes a spinning como a los ciprínidos con cola de rata, por lo que deje en casa mi amada caña de un tramo para llevarme otra de dos tramos por si debía guardarla en la mochila para darle caña a los barbos. Mis compañeros me decían que no era buen día para la cola de rata, que hacía mucho viento y la cosa iba a estar "jodida". Tenían razón, más aún cuando soy un total novato en esta técnica. Pero soy más cabezón aún que novato, por lo que la cargue en la mochila.

Llegamos ya al agua, y empezamos a realizar lances a spinning, sin ver ni un solo pez debido a lo rizada que estaba el agua. Nada, ni picada. Al llegar al final de una recula, me dice Uje: "Alfon mira, barbos comiendo arriba". ¡Mierda! ¿qué hago? ¿Monto? Era muy pronto para montar y perder tiempo montando y desmontando cañas, ¿y si luego ya no hay y tengo que volver a los basses?...Pues bien, como soy tan cabezón, decido montar y no desmontar la otra caña, aunque fuese "jodido" todo el camino.

El aire me complicaba muchísimo, pero sin saber cómo, al segundo lance dejo la mosca más o menos donde debía y ¡ZAS! Clavo un barbo y empieza a correr...después de una bonita lucha...ya en la orilla, justo cuando Uje le iba a echar mano...se fue...vaya...

De este modo, mi jornada cambió, puesto que para poder tentar con éxito a los barbos, debía buscar las reculas sin viento y distanciarme sólo para evitar asustarlos. Así fue, eché a andar sólo mientras estos seguían tras los bocazas.

Después de mucho patear, el resultado era igual o peor. Clavé muchos, más que en ningún otro día con esta nueva modalidad para mí. Pero se me soltaron todos.

Al encontrarme con Pepe y Uje ya de vuelta, me explicaron que ellos no iban mucho mejor. Pepe había conseguido sacar un bass de un 1.300 kg más o menos, mientras que Uje nada.


Fuimos más o menos juntos otra vez, realizando infinidad de lances. Y nada, los peces no estaban por la labor de alegrarnos el día.


Volví a distanciarme, pensando en que en la primera recula del día, tendría posibilidades. Y así fue, después de llegar y realizar muchos lances malos, conseguí hacer uno decente, delante de un bonito barbo. Este se tiró sin pensárselo y yo clavé con firmeza. ¿Sería mi última oportunidad? No podía desaprovecharla. Y no lo hice, después de una larga lucha, conseguí doblegar al pez para que posase para todos y recompensar el gran esfuerzo que realicé ese día para seguir aprendiendo en esta modalidad. El peso que marcó fue de 750 g. Habrá más batallas.


Cuando aparecieron Uje y Pepe, traían noticias. Pepe estaba hecho polvo, después de una dura semana que terminaba con una dura también jornada de pesca. Uje, por su parte, también evitó el bolo. ¡Y por partida doble! Sacó dos bonitos basses, uno de 850 g por cansino, y otro por el buen pescador que es, con un peso de 1.150 kg.


Y con esto, volvimos al coche, guardamos los bártulos y nos dirigimos al bar, que nos gusta casi tanto como la pesca y se nos da bastante mejor. Ahí pillamos siempre, jejeje.

Un saludo y espero estar pronto escribiendo por aquí.

Alfonso

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