jueves, 16 de abril de 2015

Jornada 7: Lago Wanahoo 11-04-2015

Lugar: Wanahoo

Fecha: 11 de Abril del 2015

Miembros: Juanmi

Descripción:


Continuando mi aventura americana, esta vez emprendí mi jornada de pesca con Evan y su madre Kathryn. El lago que íbamos a visitar era el Wanahoo Lake, situado a unos 40 minutos de Lincoln, la ciudad en la que actualmente estoy viviendo.



Llegamos al lago sobre las 2 de la tarde, dispuestos a capturar algún que otro Largemouth bass. A lo largo de esta semana, leí un mensaje intrigante en un foro (NEFGA) en el que se comentaba que en ese lago había gran cantidad de peces muertos como consecuencia de una bacteria (la enfermedad se llama “red sore disease” y podéis leer más acerca de ello en http://edis.ifas.ufl.edu/m/#publication?id=VM059), lo que me tenía bastante preocupado. Nada más llegar, pudimos comprobar ese hecho, ya que prácticamente a lo largo de toda la orilla pudimos observar decenas de peces flotando. No era un buen presagio…



Como es típico por estas tierras, el viento iba a acompañarnos durante toda la jornada, si bien es cierto que este viento me está sirviendo para aprender a regular mejor mi carrete de casting. Evan se llevó su kayak, pero al principio decidió probar suerte desde orilla.

Durante la primera hora de la jornada no tuvimos señal alguna de los peces (excepto los cadáveres de las orillas), hasta que de pronto noté un violento toque al otro lado de mi línea, y sin prácticamente tiempo para dar el cachetazo, el pez se escapó. Primer aviso y primer fallo. La falta de costumbre…

Mientras me recreaba en la picada anterior, deseando que se repitiese en algún momento del día, de nuevo un bass sucumbió al engaño de mi señuelo. Esta vez la pelea fue más larga. Desafortunadamente, ya en la orilla, el pez de unos 800 gramos, se desclavó volviendo a las profundidades, seguramente sin ganas de volver a comer en todo el día. Esta segunda picada fallida me hizo más daño que la primera, ya que estuve más cerca de capturar mi primer bass americano.



Puesto que en la misma zona había tenido dos claras picadas, decidí tentarla un poco más. Además, avisé a mi compañero Evan, quien decidió cambiar de estrategia e intentarlo desde su kayak.

Media hora tardé en volver a sentir una nueva picada. “¡Esta vez sí!” me dije convencido de que el cachetazo que había dado consiguió clavar el pez. Sorprendido de la gran pelea que me estaba proporcionando el pez, supuse que se trataba de un bass de gran tamaño. Pero de repente apareció, no me lo podía creer. Un Northern Pike (nuestro amigo lucio) apareció en la superficie. Lo primero que pasó por mi cabeza fue tomármelo con tranquilidad, ya que la línea que llevaba montada era específica para bass y la ausencia de terminal de acero podía dar lugar a que perdiese tanto la captura como mi señuelo. Y así lo hice, poco a poco se fue acercando a la orilla hasta que esta vez sí, pude hacerme con un bonito ejemplar de 1,5 kg de peso.


El aspecto negativo de este lucio fue que, durante su desanzuelado y pesaje, se revolvió clavándome la potera dentro del dedo (ya sabéis lo llamativo que resulta ver la muerte insertada dentro de la piel…). Sin embargo, había merecido la pena. Así, tras fotografiar a mi primer Northern Pike, fue devuelto al agua como es costumbre en nuestro club.

Al ver esto, Evan decidió pescar nuevamente desde orilla y pronto iba a ver resultados. Me llamó la atención lo bien que trabajaba los señuelos, y en uno de sus lances, cerca de un árbol sumergido, consiguió capturar un bonito bass que oscilaba los 750 gramos. Al rato, de nuevo Evan me sorprendió con una nueva picada, con la mala fortuna de que esta vez no pudo clavarlo.



Cuando estábamos dando casi por concluida la jornada, de nuevo pude apreciar como la caña de Evan se curvaba. Un nuevo lucio se estaba dejando ver. Parecía un poco más grande que el que capturé anteriormente (en torno a 2 kilogramos). Poco más tarde me enteré de que era el primer lucio que Evan capturaba. Enhorabuena!!!



Y tras ello, decidimos dar por finalizada una jornada en la que destacaron varios aspectos. En primer lugar, me fui bastante preocupado por el estado del lago, ya que la gran cantidad de peces muertos reflejaba un problema que debería solucionarse cuanto antes. Espero que este hecho (y las correspondientes imágenes) nos ayude a los pescadores españoles a concienciarnos más sobre la importancia del estado de los embalses y evitar así problemas como el que está ocurriendo en este lago. Además, me gustaría destacar la gran hospitalidad de Kathryn y Evan, ya que sin ellos esta jornada no hubiese sido posible.



Un abrazo y buena pesca!

Juanmi

Vídeo de la jornada:

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