martes, 25 de abril de 2017

Jornada 9: Embalse de García De Sola 14-04-2017

Lugar: García De Sola

Fecha: 14 de Abril del 2017

Miembros: Alfonso y Javi

Descripción:

Después de la pequeña paliza de ayer, nos quedamos con ganas de más. Esta vez fuimos solamente Javi y yo los agraciados con poder realizar la actividad que más nos gusta: patear las orillas de los embalses ibéricos en busca de una foto para el recuerdo.

El destino elegido fue el embalse de García De Sola y, después de un agradable desayuno, pusimos rumbo al mismo. Sobre las 8 y media ya estábamos ejercitando los brazos y las piernas, lance tras lance, paso tras paso. Pero quienes no parecían estar realizando ningún tipo de ejercicio eran los peces, no daban ninguna señal de actividad.

Las agujas del reloj avanzaban sin piedad hasta que de repente, en una zona con una profundidad querenciosa, su mecanismo dejó de funcionar. En ese momento fui protagonista de ese instante donde el tiempo parece que se detiene, cuando notas que un pequeño diablillo intenta llevarse tu señuelo a las profundidades, hacia la morada del Dios Neptuno. Ese instante en el que esperas un momento conteniendo la respiración antes de clavar. Y si, clavé enérgicamente y después de una corta pero intensa pelea, conseguí sacar del agua aquel diablillo verde. Después de darle las gracias por ese momento que me ofreció, fue devuelto a su reino en perfectas condiciones.


El día no mejoraba, seguimos recorriendo la orilla del embalse sin noticia de nuestros queridos “enemigos”. Pero de repente, cuando no contábamos con notar ninguna picada, fue Javi quien dio la voz de alarma. No fue una gran pieza, pero sin duda se quitó un peso de encima al evitar el tan odiado bolo.

Después de esta captura, decidimos poner rumbo de vuelta. En este trayecto, fuimos aprendices de un pescador con mucha más experiencia que nosotros: un águila. Después de vigilar majestuosamente desde el aire en círculos perfectos, se dejó caer en picado para, justo a ras de agua emprender de nuevo el vuelo con un pequeño alburno entre sus garras. Sin duda, y como leeréis a continuación, tomamos buena nota.

Ya en las últimas opciones que teníamos, encontramos una zona donde los peces estaban realmente activos: varios ejemplares de black bass perseguían a sus potenciales presas de manera enérgica y decidida. En esta última media hora se dieron bastantes picadas, saliendo varios peces de un tamaño medio. Además, Javi consiguió un buen ejemplar de más de kilo y medio, que ofreció un gran combate.


Pero lo mejor del día estaba reservado para mí. Visualicé dos buenos ejemplares patrullando la “zona de caza”, y realicé un lance lejano en esa dirección. Sorprendentemente, estos diablillos pusieron rumbo contrario al señuelo. Quizás fuese por falta de interés, o por lo que estaba a punto de ocurrir. De repente, una enorme sombra emergió de las profundidades, atacando el señuelo sin dudarlo ni un segundo. En cuanto clavé, comprobé que, a lo que el sedal me unía, no era un diablillo, sino todo un diablo. Después de una indescriptible pelea por lo que supondría, logré sacar del agua mi primer black bass de más de dos kilos para inmortalizar el momento con una foto para el recuerdo. Concretamente, la báscula marcó 2,12kg.


Después de esta subida de adrenalina continuamos con unos lances más, pero sin ningún resultado en cuanto a capturas. Y así, pusimos fin a un día que empezó bastante sombrío pero que terminó realmente esplendido.

¡Hasta la próxima!

Alfonso

Vídeo de la jornada:

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