miércoles, 22 de octubre de 2014

Jornada 26: Embalse de Orellana 18-10-2014

Lugar: Orellana

Fecha: 18 de Octubre del 2014

Miembros: Alejandro, Alex, Alfonso, Eugenio, Javi, Juanmi y Pepe

Descripción:

Bueno, pues ya estamos aquí: patos, barca y catamarán preparados en la orilla cual carrera para entrar al agua, impacientes. Vamos entrando poco a poco, y ya una vez estamos todos en el agua, probamos y probamos distintos señuelos para dar con la tecla del día. Solamente llevamos cinco minutos y ¡ZAS!, noto la potente picada del primer lucio de la mañana; clavo sin dudarlo y empiezo a pelear con él, parece realmente grande. Cuando lo estoy acercando a la pato, de repente un sonido estridente entra en mi cabeza y pierdo la pieza, (*!?@#!!!).

Aturdido, miro a mi alrededor intentando buscar una explicación. Veo el armario, la estantería… ¡Maldita sea, me ha vuelto a pasar! Es martes, la segunda noche que tengo el mismo sueño. El desagradable sonido era el maldito despertador: toca ir a trabajar y seguir esperando al sábado.

Vuelve a sonar el despertador, pero por fin hoy sí es sábado. Quedo con mi cuñado Javi y nos dirigimos a Orellana donde nos esperan los compis que partieron ayer. Llevo varios días con dolor de garganta y síntomas febriles, pero me atiborro de pastillas para no perderme la segunda quedada oficial del club.

Llegamos a la hora perfecta. Entre todos preparamos todos los bártulos y “al agua patos” (y barca y catamarán). Empezamos a tocar distintas zonas y es Alex el primero en estrenarse con un lucio de 1.70 kg aproximadamente. Bueno, no empieza mal la cosa.



Seguimos recorriendo la orilla, yo al bass, los demás al lucio. Se queda mi señuelo en la vegetación de orilla enganchado, rozando el agua y cuando voy a soltarlo me llevo un buen susto: un enorme bass sale del agua a por el señuelo, pero no logra embocarlo. Bueno, no ha sido fallo mío, pienso (aunque por dentro estoy que trino por perder la oportunidad).

De nuevo tras los lucios, ahora sí clavo uno, aunque pequeño. Y ahora sí, es culpa mía, no soy capaz de echarle mano y se suelta delante de mis narices… (imaginad mi cabreo).

Nos juntamos todos de nuevo y es Juanmi quien, desde el catamarán consigue un lucio de un kilillo aproximadamente, mientras a Pepe se le escapa su “quitabolos”.



La barca se aleja y los demás vamos más tranquilos, los pateros al bass y Juanmi al lucio. Insistiendo e insistiendo conseguimos quitarnos el bolo a la vez Uge y yo con dos pequeños basses.



En el momento en que nos juntamos todos, Alex saca el lucio del fin de semana (4 kg justos) y Javi estrena sus nuevas aletas. No, no ha clavado un pez con ellas. Se le soltó una y se fue al fondo… Menudo estreno, que mala “pata”. Menos mal que tenía las viejas en el coche. Habrá que llamar al submarino DSV Alvin para intentar localizarla.



Cuando por fin nos vuelve a alcanzar con sus viejas aletas, el destino le quiere recompensar con un pequeño bass.



Ya después de comer, los peces siguieron picando regularmente, aunque las capturas no aumentaron en la misma proporción. Pepe saco un bass de cerca de un kilo, precioso. Alejandro, por su parte, se quitó el bolo con varios lucios prácticamente seguidos, Alex subió su cifra hasta los seis y Uge capturó el suyo.



Dos buenos basses de 1.25 kg picaron a las cañas de Alex y Pepe, redondeando su día y Juanmi sacó otros dos lucios prácticamente seguidos.



In estremis, conseguí sacar mi lucio del día. Un lucio de cerca de un kilo pero que luchó bastante, creyendo Juanmi incluso que sería mayor (he de confesar que le di cuartelillo para engañar a Juanmi, jajaja).



Y con esta última captura del día, volvimos al campamento base, para cenar y realizar la reunión del año antes de irnos a dormir y confiar en que el domingo se diese igual para algunos y mejor para otros.



Alfonso

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