Lugar: García De Sola
Fecha: 07 de Junio del 2014
Miembros: Alejandro, Alex, Eugenio y Pepe
Descripción:
Como de costumbre y después del madrugón nos dirigimos a la ruta seleccionada para la jornada de pesca del día de hoy. Antes, para coger fuerzas paramos a desayunar y planificar un poco lo que pensábamos hacer los cuatro valientes que nos habíamos apuntado para el día de hoy: Alex, Eugenio, Pepe y yo. Así pues todo en orden nos dirigimos hacia el embalse de Garcia De Sola, comentando entre todos el calor que íbamos a pasar según los pronósticos del tiempo. Ingenuos de nosotros, ninguno, ni por lo más remoto, pesábamos el cambio de planes que nos vaticinó el día en todos los aspectos y a la vez a los cuatro.
Eran las 7:30 de la mañana cuando, con las cañas montadas, empezamos la andadura matinal en busca de las piezas deseadas. Sobre las 9,15 con la mañana bien fresquita, ya nos empezamos a mosquear porque ninguno habíamos visto el más mínimo rastro de algún pez, tan solo a los pescadores de carpas todavía relajados en sus tiendas y la salida de las barcas de algún concurso de pesca que suponíamos debía haber por allí cerca.
Fecha: 07 de Junio del 2014
Miembros: Alejandro, Alex, Eugenio y Pepe
Descripción:
Como de costumbre y después del madrugón nos dirigimos a la ruta seleccionada para la jornada de pesca del día de hoy. Antes, para coger fuerzas paramos a desayunar y planificar un poco lo que pensábamos hacer los cuatro valientes que nos habíamos apuntado para el día de hoy: Alex, Eugenio, Pepe y yo. Así pues todo en orden nos dirigimos hacia el embalse de Garcia De Sola, comentando entre todos el calor que íbamos a pasar según los pronósticos del tiempo. Ingenuos de nosotros, ninguno, ni por lo más remoto, pesábamos el cambio de planes que nos vaticinó el día en todos los aspectos y a la vez a los cuatro.
Eran las 7:30 de la mañana cuando, con las cañas montadas, empezamos la andadura matinal en busca de las piezas deseadas. Sobre las 9,15 con la mañana bien fresquita, ya nos empezamos a mosquear porque ninguno habíamos visto el más mínimo rastro de algún pez, tan solo a los pescadores de carpas todavía relajados en sus tiendas y la salida de las barcas de algún concurso de pesca que suponíamos debía haber por allí cerca.
A partir de ahí, el día empezó a cambiar, pero no a mejor, las condiciones meteorológicas fueron, si no malas; se puede decir que pasamos de todo: calor, nubes, aire, oleaje del agua… solo nos faltó que nos lloviera, y sin embargo los peces no se nos aparecían a ninguno y aunque no tirábamos la toalla, si es verdad que nos desanimaba la cantidad de enganches que nos producía el aire. Al contrario que otros días, no se veía ni una raspilla, si algún que otro esporádico alburno, pero que creemos que no era a nosotros solo, porque a los de las barcas no se les veía muy eufóricos tampoco que digamos porque algunos pronto volvieron a “puerto”.
Con la jornada casi cumplida, Pepe tuvo la posibilidad de corregir su rumbo pero, para no apartarse de la suerte del grupo, su picada fugaz no prosperó y no se consiguió la clavada del mediano bass, otra vez será Pepolo.
La anécdota de la jornada esta vez la puso Uge, pues se metió a ornitólogo y en vez de pájaros capturó un bonito ejemplar de lagarto común, pero con mala leche, ya que en el único descuido que tuvo le pegó un mordico, eso si después de echarle al animal la reprimenda le volvió a soltar a su entorno. Dicho esto decidimos poner fin a la jornada, pensando los cuatro que lo mejor era irnos a comernos el bocadillo y una cervecita fresquita y a la vez, por un día acompañarme con un bolazo compartido en señal de compañerismo.
Desde mi punto de vista destacaría la limpieza del agua aunque quizás un poco fría, para la época que estamos por lo que considero que hay muchos altibajos en la temperatura del agua de unos días a otros. Con esto pusimos rumbo a casa sin que por ello nos hubiésemos desanimado para la próxima jornada, ¿verdad chicos?
Saludos.
Alejandro
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