lunes, 4 de marzo de 2019

Jornada 5: Embalse de Orellana 02-03-2019

Lugar: Orellana

Fecha: 02 de Marzo del 2019

Miembros: Alejandro, Alex, Borja y Pepe

Descripción:


Aquí estamos de nuevo en la quinta jornada del año y con más ganas que nunca puesto que volvíamos a uno de los embalses top de España para la pesca del lucio, como es Orellana.

Los animados esta semana seríamos Alejandro, Borja, Pepe y nuevamente un servidor. Muchas eran las expectativas que teníamos depositadas en esta semana puesto que los lucios ya debían ir orillándose y el tiempo durante la semana estaba siendo espectacular.

Llegamos al embalse sobre las 9 de la mañana debido a que estuvimos investigando una nueva ruta para llegar a nuestro destino elegido.

A las 10 ya estábamos pescando Alejandro, Pepe y yo desde la barca y Borja pateando orilla.

No pudo empezar mejor el día, ya que Alejandro al segundo lance ya tenía clavado un bonito esócido de aproximadamente 1.5 kg, que servía para abrir la lata y subiéndonos más si cabe las esperanzas.



Tras la foto y agradecimiento correspondiente, fue devuelto a su hábitat, dejándole el recado de avisar a su madre o abuela, jejeje.

Avanzaba la mañana y parecían haber parado. Borja decidió separarse de nosotros y no supimos de él hasta el final del día. Yo, por mi parte, seguí los pasos de mi padre: picadita y ejemplar para foto de la misma talla que el de Alejandro.



Seguimos avanzando, los peces se dejaban ver por la sonda por lo que era cuestión de insistencia y dar con el señuelo adecuado. Alejandro volvió a demostrar el porqué es uno de los cracks del lucio con otra buena picada. Los peces parecía que rondaban todos el mismo peso pero nunca se sabe, cualquier sorpresa podía salir en cualquier momento.



No tardé yo mucho en tener otra picada y pisarle los talones a mi padre, aunque esta vez de un tamaño bastante más pequeño, pero bueno, hacía que nos estuviéramos divirtiendo y sobre todo, viendo actividad.



Pepe por su parte, seguía con el bolo rondando en su cabeza, algo que no nos terminaba de encajar ya que los peces estaban dando la cara, tanto en picadas como en la sonda.

Pero fui nuevamente yo el que parecía primero haber dado con el señuelo clave, y segundo con el sitio puesto que volvía a tener dos picadas prácticamente seguidas. La primera se trataba de un pez del tamaño estándar del día, pero la segunda ofrecía algo más de resistencia y conforme se acercaba pudimos observar que así era: este amiguito rondaba los 3 kilitos, dejándome bastante satisfecho.



No había terminado de sacar este último cuando ahora sí, pude ver al girarme que Pepe tenía su recompensa a la insistencia y al trabajo. Un pez de 1.79 kg que logró capturar con la paciencia necesaria para conseguirlo.



Estando todos servidos y contentos, era nuevamente el turno de Pepe. Estaba claro: habíamos dado con la zona y los peces se habían activado, lo cual nos estaba dando bastantes alegrías. Otro perrito piloto para nuestro colega Pepe.



Ni que decir tiene que todas nuestras capturas fueron devueltas al agua después de las fotitos correspondientes, como pescadores respetuosos que somos.

Llegado este momento nos acordamos de Borja, ¿cómo le estaría yendo? ¿habría conseguido alguna captura? Luego lo averiguaríamos.

Por nuestra parte, las capturas seguían produciéndose. Alejandro volvía a hacer de las suyas con su última captura del día, la cual rondaría también los 2 kg. ¡Vaya día que estábamos pasando!



Veíamos que los tamaños de las capturas no eran los más grandes que habíamos visto, pero estaba siendo muy divertido ya que era de esos días donde los peces picaban muy frecuentemente y hacían que el día fuese más ameno.

El tiempo empezaba a echarse encima, pero aún faltaba la pieza más grande de la jornada. Pepe consiguió hacerse con sus dos últimas capturas: una de 1.73 kg y la otra, esta vez sí, de 3.22 kg, la cual parecía habernos agradecido nuestra visita al embalse. Buenas capturas, si señor.



Ahora sí, decidimos poner fin a la jornada y darnos la vuelta hacia el coche, donde nos encontramos con Borjita, el cual nos dijo que se había planteado tentar a los basses durante todo el día, aunque sin éxito. No pudo evitar el temido bolo. Lástima que no pudiéramos localizarle para que se acercara a la zona activa, pero no pasa nada, todos sabemos cómo es esto.



Comentando las anécdotas de la jornada, emprendimos el viaje de vuelta donde nuestrs rubitas de siempre estaban esperándonos bien fresquitas, jejeje.

Un abrazo y hasta la próxima.

Alex

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