viernes, 5 de diciembre de 2014

Jornada 34: Río Tajo y Embalse de Almaraz 02-12-2014

Lugar: Río Tajo y Embalse de Almaraz

Fecha: 02 de Diciembre del 2014

Miembros: Alfonso y Eugenio

Descripción:


Aprovechando mi semana de vacaciones decidimos seguir introduciendo a mi hermano en este mundo tan adictivo. Después de recoger a Uje y del clásico desayuno, llegamos al río tajo con suficiente visibilidad como para montar los bártulos.

Empezamos con mucha confianza después de los resultados del último día, pero la cosa no estaba yendo igual. El nivel del río había subido mucho desde la otra salida y los peces estaban desubicados. Eran ya las 11 de la mañana y no teníamos noticias de ellos, ni siquiera una mísera picada.

Era tal nuestra desesperación, que decidimos subir a Almaraz aún sabiendo que varios días antes había sido el clásico Atleti vs Madrid. Una vez en el sitio elegido y con los waders puestos, fue Uje el encargado en dar la voz de alarma nada más entrar al agua: un bass de unos 700g se enganchó de su señuelo. Al ir a fotografiarle, nos dimos cuenta que los móviles los habíamos dejado en el coche con el ajetreo de cambio de zona.

Después llegamos al sitio que pensábamos que nos sería más fructífero. Y en ese lugar, fui yo el encargado de sacar el siguiente: otro verdecillo de algo más de medio kilo. Lo curioso de esta captura fue que lo saqué con la caña de mi hermano mientras le explicaba cómo debía mover el señuelo.

Parece que aprendió bien la lección ya que los dos peces siguientes cayeron de su cuenta, eso sí, siendo algo más pequeños de tamaño. Desde este momento, las picadas fueron alternándose en todas las cañas, subiendo nuestro marcador de manera pareja con peces pequeños, salvo uno cercano al medio kilo que consiguió mi hermano.

El resto del día siguió igual, aumentando progresivamente las picadas llegando al punto de prácticamente una picada en cada lance según caía el sol. Pero ningún pez de medida quiso salir a saludarnos. Quizás fuese por el ajetreo del torneo anterior o por cualquier otra razón, ya
que esto es lo bonito de la pesca, que no siempre se da igual.

Una vez en el coche y de vuelta a los madriles, tocaba hacer balance de la jornada. ¿Si hubiésemos seguido en el río se habrían activado igual que en Almaraz? Nunca lo sabremos pero no nos arrepentimos de haber cambiado de sitio, pues la cosa pintaba mal y terminamos divirtiéndonos aunque fuese con peces pequeños. Mi hermano por su parte, parece que terminó encantado con la experiencia de pescar con el “agua al cuello”.

Hasta la próxima.

Alfonso

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