lunes, 10 de julio de 2017

Jornada 14: Embalse de Bolarque 08-07-2017

Lugar: Bolarque

Fecha: 08 de Julio del 2017

Miembros: Alejandro, Alex y Pepe

Descripción:


Otra semana más que emprendemos salida rumbo a las dificultades que nos aguardaban en el Embalse de Bolarque. En esta ocasión nos animamos Pepe, Alex y yo, dado que en principio las condiciones atmosféricas parecían idóneas, cosa que luego no fue así.

Tampoco hacía falta madrugar tanto como otros días, pues el sitio nos pillaba relativamente cerca. Así pues, paramos a desayunar como mandan los cánones y reemprendimos el camino.

Llegamos al lugar elegido y una vez ordenados los bártulos, sobre las 8:15, ya estábamos lanzando nuestros señuelos al filo de las algas.

Se observaba que la calidad del agua era bastante buena, apenas tenía suciedad y mantenía el color turquesa característico de estas zonas.

Mañana estupenda, el día era apacible, sin calor, nubes y claros, cosa que nos parecía que era ideal para nuestros propósitos.



Pasaba el tiempo y no se veía alteración en las cañas. Después de los consiguientes lances, eran de las 10 de la mañana cuando acerté con una buena picada de un lucio de 2.5 kg aproximadamente. Después de una bonita pelea fue devuelto a su hábitat en perfecto estado.



Eso sirvió para ilusionarnos y seguir trabajando los lances, hasta las 11:15 más o menos, cuando Alex abrió la lata. Consiguió su primera picada, con un lucio que pesó cerca de los 800 g, bien trabajada y que el preludio de una mañana de esas que no se pueden olvidar y muy difícil de repetir, repitiendo cada media hora, aproximadamente, una picada tras otra hasta un total de cinco capturas, siendo sobre las 12:30 cuando logró la mejor pieza del lote con un peso de 3.10 kg. Bonita captura y buena pelea que sin duda mereció ser devuelto al agua.



En un embalse duro como este, estábamos contentos, no nos lo podíamos creer, vaya buen día de capturas. Sentíamos que, aunque Pepe y yo no los sacásemos, era como si los consiguiéramos nosotros mismos, otra forma de disfrutar.

Pepe, por su parte, no andaba cómodo del todo, tenía la mano lesionada y no le permitía lanzar y controlar como él sabe hacerlo.

Pensábamos que había tiempo de alguna picada más, pero nos equivocamos de pleno ya que el tiempo comenzó a cambiar de raíz, el cielo se empezó a poner negro y, sin darnos tiempo a nada y contra todo pronóstico, empezó a caer la de Dios. No dio tiempo ni a recoger los bártulos, solamente, y en mitad del embalse, aguantar el diluvio que no estaba cayendo encima.

Con lo bien que íbamos se torció el día, pero no por eso nos disgustamos, al revés, estábamos contentos porque salvamos la salida y, con ganas de volver al coche donde recogimos como pudimos, emprendimos el regreso, eso sí, pasados por agua.

Cuando serían alrededor de las dos de la tarde emprendimos el regreso, dentro de las circunstancias, pensando en terminar bien la jornada y siendo conscientes de lo que había. Así pues, llegamos al barrio y nos tomamos la cervecita habitual, sin olvidarnos de nuestros coleguillas que no pudieron venir.

Un abrazo para ellos y un saludo para todos.

Alejandro

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