martes, 8 de marzo de 2016

Jornada 3: Río Tajo 05-03-2016

Lugar: Río Tajo

Fecha: 05 de Marzo del 2016

Miembros: Alejandro, Alex, Eugenio, Javi y Juanmi

Descripción:

Otro días más nos disponemos a pasar una jornada agradable en compañía de buenos compañeros y amigos.

Era temprano y el día amanecía fresquito, por lo que apetecía un buen desayuno calentito para reponer y coger energía. El grupo para hoy estaba compuesto por Alex, Juanito, Javi, Eugenio y yo, acompañados por nuestro amigo Borja, que va siendo habitual.



Pasado el madrugón, llegamos al sitio convenido del río Tajo. Estaba hasta arriba de agua, en bastante buen estado y la verdad que, como siempre, el ánimo estaba alto y el tiempo era aceptable para una jornada de pesca.



Después de preparar los bártulos y de andar un poquito, nos encontramos en nuestro puesto, hacia las ocho menos cuarto de la mañana. Empezamos, cada uno a lo suyo, y a medida que pasaba el tiempo no parecía que la cosa fuera a ser fácil.



Sobre media mañana, Juanito dio la señal de alarma con una picada, pero antes de orillar se soltó la presa, cosa que a lo largo de la mañana se repitió tres veces. Los demás nada de nada, salvo como es normal en el sitio, todos empezamos a ir haciendo recuento de los aparejos que íbamos perdiendo poco a poco, por lo que uno tras otro fuimos parando a descansar y de paso a echar un tentempié para reponer fuerzas.


Cabe señalar que al principio de llegar, había otros dos pescadores en el lugar y, en el transcurso de la mañana, engancharon dos bonitas luciopercas cada uno, pero a partir de ahí, también entraron en trance, ya que el resto de día no se notó ni rastro de peces.

Añadir, para rematar el día, el fortísimo aire que se levantó, eso nos hizo reconsiderar que por más que lo intentásemos, era imposible luchar contra los elementos.

Por fin rompíamos la incógnita (así no se podía seguir pescando) con un bolo para cada uno, todos contentos, ni vencedores ni vencidos, no había nada que hacer, así que a andar un poquito hasta el coche donde vino de lujo comernos el bocata y comentar las repeticiones de las jugadas, no sin comentar las ausencias de Alfonso, por temas personales, y Pepe, por encontrarse enfermo. Un sitio que a ellos les gusta bastante.



Sobre las dos y media aproximadamente se dio por concluida la agradable jornada y decidimos coger carretera y manta, camino a casa, con la esperanza de siempre, que la próxima sea mejor.

Un saludo y un abrazo para todos, sois estupendos.

Alejandro

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