viernes, 9 de septiembre de 2016

Jornada 17: Embalse de Cijara 03-09-2016

Lugar: Cijara

Fecha: 03 de Septiembre del 2016

Miembros: Alex, Alfonso, Eugenio y Pepe

Descripción:

Otro día más dispuestos a sumergirnos en una nueva aventura, eligiendo el embalse de Cíjara como escenario. El día empezó muy temprano, en el “campamento-bar base” para el clásico desayuno. Allí nos juntamos, por un lado Pepe y Alex, que decidieron probar suerte con la barca, y Uje y yo, acompañados por mi hermano Adry, que pescaríamos desde pato (o no).

Llegamos a la orilla del embalse amaneciendo, hora perfecta para montar todo y adentrarnos en las excesivamente cálidas aguas para las fechas en las que nos encontramos. En cuanto nos pusimos manos a la obra, me di cuenta de que me había dejado el pato en casa. Sí sí, podéis reíros, jajaja. Después de valorar la situación con los otros dos pateros, decidimos ir los tres desde orilla para no quedarme solo. Aprovecho estas líneas para agradecer tanto a Uje como a Adry su solidaridad, puesto que el día sería mucho más difícil para los tres por mi mala cabeza; ¡gracias chicos, os debo una!

Debido a este contratiempo, empezamos a pescar antes de lo previsto. Alex y Pepe tardaron más, pero en seguida nos adelantaron y se perdieron en el horizonte.

El día pasaba, y los peces no daban la cara. En cambio, de vez en cuando observábamos cómo algunos pescadores sacaban lucios desde sus patos (imaginad lo mal que me sentía). 

A media mañana, Uje dio la voz de alarma al sacar un black bass que no llegó al medio kilo, pero que alegró bastante al grupo debido a lo mal que iba la mañana. Lejos de entrar en actividad, los peces siguieron en su letargo veraniego.

En torno al medio día, los “marineros” se juntaron con nosotros comentando que Alex había sacados dos peces de un tamaño similar al de Uje y que a Pepe se le había escapado uno. Estuvimos probando suerte todos juntos en la misma zona sin suerte, hasta que yo fui el afortunado de clavar otro pequeño diablillo verde.
 
Después de intentarlo un rato más sin recompensa, nos dirigimos hacia el coche para recoger, comer y poner rumbo de vuelta a casa con cierto sabor amargo, tanto por mi descuido con el pato, como por la escasa actividad de nuestros amigos acuáticos. Aún necesita enfriarse el agua para que empiece la frenética actividad previa al invierno.

Un saludo y hasta la próxima.

Alfonso

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